Lo que más miedo me da del partido del sábado es ese razonamiento de que se enfrenta un equipo que ha hecho de su casa un fortín contra un equipo que es de lo peorcito como visitante.
Todos sabemos y hemos comprobado en nuestras carnes que el Pucela personifica mejor que nadie el tópico ese de que "en fútbol no hay nada escrito (con acento argentino desde el mayor de los respetos).
Si hubiera un mínimo de lógica en ésto, hubiéramos ganado el domingo pasado en El Alcoraz como hubiera ganado cualquier equipo que se estuviese jugando la vida contra otro que estaba de celebración.
De todas formas, es ese divorcio absoluto entre el Pucela y la lógica el que me hace albergar ciertas esperanzas de que en caso de entrar en playoffs, podamos dar la campanada.
Aún así, y no se me tome a mal lo que voy a decir: yo esta vez no estoy tan nervioso como otras veces ya que más allá del propio disgusto puntual que me supondría no clasificar para las eliminatorias por el ascenso o ser derrotados a las primeras de cambio en caso de hacerlo, para mí no sería la tragedia y el ridículo que hubiera supuesto haber descendido en aquel partido contra el Betis donde nos jugamos todo a una carta después de estar virtualmente salvados a 10 jornadas del final.
En esta ocasión, después de haber estado media temporada mirando los puntos del decimonoveno clasificado, tampoco vería trágico no subir desde el punto de vista deportivo.
A lo que si reconozco que tengo mucho miedo es a la desilusión colectiva de cara al año próximo en caso de no ascender o, por ejemplo, a que en los siempre dramáticos playoffs nos llevemos algún palo gordo tipo goles en el descuento. Siempre fui fan del formato playoffs de ascenso tanto aquí en España en categorías bajas como en la propia Italia, pero claro, nunca mi equipo se había visto involucrado...
Todos sabemos y hemos comprobado en nuestras carnes que el Pucela personifica mejor que nadie el tópico ese de que "en fútbol no hay nada escrito (con acento argentino desde el mayor de los respetos).
Si hubiera un mínimo de lógica en ésto, hubiéramos ganado el domingo pasado en El Alcoraz como hubiera ganado cualquier equipo que se estuviese jugando la vida contra otro que estaba de celebración.
De todas formas, es ese divorcio absoluto entre el Pucela y la lógica el que me hace albergar ciertas esperanzas de que en caso de entrar en playoffs, podamos dar la campanada.
Aún así, y no se me tome a mal lo que voy a decir: yo esta vez no estoy tan nervioso como otras veces ya que más allá del propio disgusto puntual que me supondría no clasificar para las eliminatorias por el ascenso o ser derrotados a las primeras de cambio en caso de hacerlo, para mí no sería la tragedia y el ridículo que hubiera supuesto haber descendido en aquel partido contra el Betis donde nos jugamos todo a una carta después de estar virtualmente salvados a 10 jornadas del final.
En esta ocasión, después de haber estado media temporada mirando los puntos del decimonoveno clasificado, tampoco vería trágico no subir desde el punto de vista deportivo.
A lo que si reconozco que tengo mucho miedo es a la desilusión colectiva de cara al año próximo en caso de no ascender o, por ejemplo, a que en los siempre dramáticos playoffs nos llevemos algún palo gordo tipo goles en el descuento. Siempre fui fan del formato playoffs de ascenso tanto aquí en España en categorías bajas como en la propia Italia, pero claro, nunca mi equipo se había visto involucrado...