Desde hace tiempo, tengo claro que el problema deportivo no es el mayor que tiene el Real Valladolid. De vez en cuando, me entretengo buscando paralelismos entre empresas que conozco, la mía propia, noticias de prensa económica, casos de escuelas de negocio, otros clubes… con el Valladolid. Las empresas no salen a la calle a ver qué pasa. La dirección marca una estrategia que es desarrollada en políticas concretas que impregnan el día a día y la mentalidad de sus trabajadores y, si lo hacen bien, de sus clientes. Hoy he sacado un ratillo y he plasmado a grandes rasgos mis pensamientos al respecto. Enmarco la actividad en tres planos:
Social: es necesaria una mayor identificación con la ciudad y el entorno. Hay que reconocer que con las iniciativas que se han tomado para el play off, se ha dado un pasito en ese sentido, pero hace falta más. Mi percepción es que el Valladolid no tiene un duro, pero se comporta como si lo tuviera.
- Visitas continuas de la plantilla a colegios y clubes de fútbol.
- Visitas continuas a centros asistenciales, hospitales y centros de reinserción social.
- Presencia de la plantilla en actos para patrocinadores. Uniformados y al completo. Explotación de la imagen de los jugadores y presencia social en la ciudad.
- Mejora y potenciación de las relaciones con los clubes de la comunidad. Impulso de un torneo de verano entre los 8 clubes de la comunidad a partido único en casa del peor clasificado.
- Recepción de dirigentes de otros clubes de la comunidad de manera periódica en el palco del estadio. Devolución de visita a los palcos de esos otros clubes.
- Patrocinio de actividades de repercusión social en la ciudad, aunque sólo sea mediante el préstamo de la imagen y la publicitación en los medios del club.
- Vinculación de miembros destacados de la sociedad al club. Cantantes, actores y publicitación de esa vinculación.
- Planteamiento de cambio de hora de los partidos. Que no entre en conflicto con otros deportes, retransmisiones de los equipos grandes, o, simplemente, planes familiares cuando llega el buen tiempo.
- Implantación de un abono común con otros clubes de la ciudad con descuento. Es decir. Abono futbol (100) + baloncesto (70) = 130.
Económico: Si mi empresa tuviera los números que se le suponen al Valladolid, hace tiempo que seríamos unos apestados en el entorno social y económico en el que nos movemos. Es mas, nadie se plantearía venir a trabajar en ella. Por otro lado, la “discreción” con que se llevan los asuntos económicos, llevan a pensar al cliente (que somos nosotros) que el club es un cortijo en manos de unos señoritos que lo han heredado de sus padres, que se dedican a perpetuarlo a corto y que no consiguen dar con la tecla porque, como no lo entienden, piensan que es diferente al resto de negocios. En ese sentido, las medidas que tomaría serían:
- Publicación en la web de balance y cuenta de resultados a final de cada ejercicio. Estos documentos no dan información detallada de la actividad, no aparecen nóminas ni gastos particularizados, pero sí indican una tendencia, un estado de las cosas. Y, sobre todo, hacen desaparecer fantasmas. En esa política de transparencia, los ingresos y costes por traspasos deberían ser públicos, y que desaparezca esa sensación de que el dinero va al bolsillo de los dueños, que es lícito, pero parece que se hace con nocturnidad y alevosía.
- Con unas cuentas públicas, estoy convencido de que el público objetivo se alinearía con el club, en el sentido de ser consciente de sus limitaciones, de los posibles peligros en los que se puede encontrar, y, sobre todo, podría entender determinadas decisiones que a los ojos de un mero abonado o aficionado, sin más información, pueden parecer equivocaciones o desviaciones.
- Austeridad máxima. Mínimas inversiones en el equipo y contratos vinculados a resultados económicos (las cuentas son públicas) del tipo fijo+incentivo (objetivo deportivo)+comisiones(resultados económicos). Esto pasa, por supuesto, por una planificación a largo. Que puede dar resultados a corto, pero no necesariamente.
- Mejora de los servicios del estadio. Entendiendo no sólo los aseos, cafetería, tienda. Es un sitio donde un buen gestor de marketing puede mover dinero.
- Negociación de los derechos de tv de cara a que se puedan ver todos los partidos de fuera de casa, bien vía tv o vía internet. Desarrollo de la web. Lo importante es tener presencia, aunque no cobremos por ello. Si no cobramos, es porque no lo valemos. El mundo real funciona así.
Deportivo: Este es menos controlable, pero con un plan, todo resulta más conseguible.
- Continuidad en las estructuras del club. Incluyendo la de entrenador. Yo apostaría por alguien vinculado a la ciudad o al equipo, aunque fuese inexperto. Y asumiría sus fracasos, si se produjeran, con un contrato de, al menos 3 años.
- Apuesta clara por la cantera. Primera plantilla de no más de 18-20 fichas profesionales. Continuidad en las apuestas. Darle una pátina de naturalidad al flujo de jugadores entre los distintos equipos del club.
- Para el primer equipo, desarrollo de una columna vertebral (he dicho desarrollo, no creación) y mínimas incorporaciones a final de año.
- Estudio de componentes sociales y educacionales de los posibles fichajes. No solamente calibrar las posibilidades futbolísticas.
- Acuerdos marco de cesión de jugadores en formación con otros clubes de la comunidad, donde su seguimiento y su aclimatación fuese más fácil.
- Diseño de una nueva metodología de trabajo, que incluyese la mejora continua. Trabajo individualizado con todos los jugadores, incluyendo los de la primera plantilla.
- Incorporación al organigrama técnico de ex jugadores con misiones definidas y medibles. Tanto aportando a la mejora de los jugadores activos, como seguimiento de jugadores cedidos, como relaciones sociales… Creación de un entramado sólido que haga navegar la nave razonablemente bien independientemente del capitán.
- Régimen disciplinario estricto con la plantilla.
- Clases de educación o protocolo. Los jugadores deben comportarse como modelos para el resto de la sociedad fuera del campo. Saber hablar, comportarse. Incluso incentivar que completen sus estudios y facilitarlo. Su paso por el Valladolid les debe aportar algo más que dinero y fama.
Espero que os haya gustado. Por supuesto, son bienvenidas aportaciones.
Social: es necesaria una mayor identificación con la ciudad y el entorno. Hay que reconocer que con las iniciativas que se han tomado para el play off, se ha dado un pasito en ese sentido, pero hace falta más. Mi percepción es que el Valladolid no tiene un duro, pero se comporta como si lo tuviera.
- Visitas continuas de la plantilla a colegios y clubes de fútbol.
- Visitas continuas a centros asistenciales, hospitales y centros de reinserción social.
- Presencia de la plantilla en actos para patrocinadores. Uniformados y al completo. Explotación de la imagen de los jugadores y presencia social en la ciudad.
- Mejora y potenciación de las relaciones con los clubes de la comunidad. Impulso de un torneo de verano entre los 8 clubes de la comunidad a partido único en casa del peor clasificado.
- Recepción de dirigentes de otros clubes de la comunidad de manera periódica en el palco del estadio. Devolución de visita a los palcos de esos otros clubes.
- Patrocinio de actividades de repercusión social en la ciudad, aunque sólo sea mediante el préstamo de la imagen y la publicitación en los medios del club.
- Vinculación de miembros destacados de la sociedad al club. Cantantes, actores y publicitación de esa vinculación.
- Planteamiento de cambio de hora de los partidos. Que no entre en conflicto con otros deportes, retransmisiones de los equipos grandes, o, simplemente, planes familiares cuando llega el buen tiempo.
- Implantación de un abono común con otros clubes de la ciudad con descuento. Es decir. Abono futbol (100) + baloncesto (70) = 130.
Económico: Si mi empresa tuviera los números que se le suponen al Valladolid, hace tiempo que seríamos unos apestados en el entorno social y económico en el que nos movemos. Es mas, nadie se plantearía venir a trabajar en ella. Por otro lado, la “discreción” con que se llevan los asuntos económicos, llevan a pensar al cliente (que somos nosotros) que el club es un cortijo en manos de unos señoritos que lo han heredado de sus padres, que se dedican a perpetuarlo a corto y que no consiguen dar con la tecla porque, como no lo entienden, piensan que es diferente al resto de negocios. En ese sentido, las medidas que tomaría serían:
- Publicación en la web de balance y cuenta de resultados a final de cada ejercicio. Estos documentos no dan información detallada de la actividad, no aparecen nóminas ni gastos particularizados, pero sí indican una tendencia, un estado de las cosas. Y, sobre todo, hacen desaparecer fantasmas. En esa política de transparencia, los ingresos y costes por traspasos deberían ser públicos, y que desaparezca esa sensación de que el dinero va al bolsillo de los dueños, que es lícito, pero parece que se hace con nocturnidad y alevosía.
- Con unas cuentas públicas, estoy convencido de que el público objetivo se alinearía con el club, en el sentido de ser consciente de sus limitaciones, de los posibles peligros en los que se puede encontrar, y, sobre todo, podría entender determinadas decisiones que a los ojos de un mero abonado o aficionado, sin más información, pueden parecer equivocaciones o desviaciones.
- Austeridad máxima. Mínimas inversiones en el equipo y contratos vinculados a resultados económicos (las cuentas son públicas) del tipo fijo+incentivo (objetivo deportivo)+comisiones(resultados económicos). Esto pasa, por supuesto, por una planificación a largo. Que puede dar resultados a corto, pero no necesariamente.
- Mejora de los servicios del estadio. Entendiendo no sólo los aseos, cafetería, tienda. Es un sitio donde un buen gestor de marketing puede mover dinero.
- Negociación de los derechos de tv de cara a que se puedan ver todos los partidos de fuera de casa, bien vía tv o vía internet. Desarrollo de la web. Lo importante es tener presencia, aunque no cobremos por ello. Si no cobramos, es porque no lo valemos. El mundo real funciona así.
Deportivo: Este es menos controlable, pero con un plan, todo resulta más conseguible.
- Continuidad en las estructuras del club. Incluyendo la de entrenador. Yo apostaría por alguien vinculado a la ciudad o al equipo, aunque fuese inexperto. Y asumiría sus fracasos, si se produjeran, con un contrato de, al menos 3 años.
- Apuesta clara por la cantera. Primera plantilla de no más de 18-20 fichas profesionales. Continuidad en las apuestas. Darle una pátina de naturalidad al flujo de jugadores entre los distintos equipos del club.
- Para el primer equipo, desarrollo de una columna vertebral (he dicho desarrollo, no creación) y mínimas incorporaciones a final de año.
- Estudio de componentes sociales y educacionales de los posibles fichajes. No solamente calibrar las posibilidades futbolísticas.
- Acuerdos marco de cesión de jugadores en formación con otros clubes de la comunidad, donde su seguimiento y su aclimatación fuese más fácil.
- Diseño de una nueva metodología de trabajo, que incluyese la mejora continua. Trabajo individualizado con todos los jugadores, incluyendo los de la primera plantilla.
- Incorporación al organigrama técnico de ex jugadores con misiones definidas y medibles. Tanto aportando a la mejora de los jugadores activos, como seguimiento de jugadores cedidos, como relaciones sociales… Creación de un entramado sólido que haga navegar la nave razonablemente bien independientemente del capitán.
- Régimen disciplinario estricto con la plantilla.
- Clases de educación o protocolo. Los jugadores deben comportarse como modelos para el resto de la sociedad fuera del campo. Saber hablar, comportarse. Incluso incentivar que completen sus estudios y facilitarlo. Su paso por el Valladolid les debe aportar algo más que dinero y fama.
Espero que os haya gustado. Por supuesto, son bienvenidas aportaciones.