Tenemos el caso de un tal Lolo, que según gente del club "no es nadie", pero que ha acabado largándose dando un portazo. Entre sus méritos está el de ser uno de los jugadores más prometedores de la cantera del Valladolid de los últimos años.
De gente que se larga así sin más de las categorías inferiores tenemos un historial largo, el único constante parece el hijo de Juan Carlos. Recordamos a gente prometedora como Modrego, que no se resistió a la llamada del Real Madrid y quizá el Madrí es mucho Madrí y no sé dónde acabaría pero tenemos más casos más humildes, como el de un tal Héctor que la temporada pasada debutó en primera con el Zaragoza y ahora milita en el filial de la Real. Tenemos a Felipe haciendo sus pinitos en el primer equipo del Villareal o a Iván Alejo haciendo lo propio en el atleti y Mongil que después de jugar casi 2.000 minutos en segunda con nosotros se fue regalado al mismo filial en segunda b en busca de más minutos.
Canteranos en la primera plantilla los hay. Tenemos a Óscar y Baraja, el primero subió hace más de diez años y el segundo se fue a otros filiales pero la alternativa le llegó más o menos por aquella época. Tenemos a Jesús Rueda que lleva 3 años con nosotros. Y ya.
Tenemos a Lázaro y Quique para los cuales tirando de experiencia veo un panorama negro. Los dos están en su último año de contrato, los dos han acabado su ciclo con el filial y a los dos se les quiere ceder. Recurriendo a mis archivos encuentro un caso idéntico: Rafa.
Rafa era un chico de Peñafiel, central, prometedor, al que en su última temporada de contrato se le quiso ceder previa renovación, algo que ya hizo el año anterior cuando salió cedido al Eibar. Él se negó y dijo que se quedaba o que se iba con la carta de libertad y como no hubo más cojones se tuvo que quedar. Un tal Carlos Suárez, que se encargaba de estos temas por aquella época, decidió no ofrecerle ninguna renovación como castigo, ya que Rafa no accedió a largarse. El caso es que Rafa jugó, y jugó bastante, y lo hizo bien... y se ganó renovar... así que Charly levantó el castigo y le hizo una oferta con tan grande sorpresa que resultó que el jugador ya tenía diez ofertas de otros tantos equipos de primera división que vieron la posibilidad de hacerse con un jugador de calidad a coste cero con un sueldo normal, con actitud, aptitud y ganas de ganarse la vida como futbolista, así que lógicamente se fue donde más le pagaban que no era aquí.
Pues este es el hoy de Lázaro tras año y medio en el Huesca y Quique en el Logroñés y en el filial.
¿Qué tienen en común todos los canteranos que se van en circunstancias extrañas? Que valen para esto pero aquí no hay oportunidades para ellos.
De gente que se larga así sin más de las categorías inferiores tenemos un historial largo, el único constante parece el hijo de Juan Carlos. Recordamos a gente prometedora como Modrego, que no se resistió a la llamada del Real Madrid y quizá el Madrí es mucho Madrí y no sé dónde acabaría pero tenemos más casos más humildes, como el de un tal Héctor que la temporada pasada debutó en primera con el Zaragoza y ahora milita en el filial de la Real. Tenemos a Felipe haciendo sus pinitos en el primer equipo del Villareal o a Iván Alejo haciendo lo propio en el atleti y Mongil que después de jugar casi 2.000 minutos en segunda con nosotros se fue regalado al mismo filial en segunda b en busca de más minutos.
Canteranos en la primera plantilla los hay. Tenemos a Óscar y Baraja, el primero subió hace más de diez años y el segundo se fue a otros filiales pero la alternativa le llegó más o menos por aquella época. Tenemos a Jesús Rueda que lleva 3 años con nosotros. Y ya.
Tenemos a Lázaro y Quique para los cuales tirando de experiencia veo un panorama negro. Los dos están en su último año de contrato, los dos han acabado su ciclo con el filial y a los dos se les quiere ceder. Recurriendo a mis archivos encuentro un caso idéntico: Rafa.
Rafa era un chico de Peñafiel, central, prometedor, al que en su última temporada de contrato se le quiso ceder previa renovación, algo que ya hizo el año anterior cuando salió cedido al Eibar. Él se negó y dijo que se quedaba o que se iba con la carta de libertad y como no hubo más cojones se tuvo que quedar. Un tal Carlos Suárez, que se encargaba de estos temas por aquella época, decidió no ofrecerle ninguna renovación como castigo, ya que Rafa no accedió a largarse. El caso es que Rafa jugó, y jugó bastante, y lo hizo bien... y se ganó renovar... así que Charly levantó el castigo y le hizo una oferta con tan grande sorpresa que resultó que el jugador ya tenía diez ofertas de otros tantos equipos de primera división que vieron la posibilidad de hacerse con un jugador de calidad a coste cero con un sueldo normal, con actitud, aptitud y ganas de ganarse la vida como futbolista, así que lógicamente se fue donde más le pagaban que no era aquí.
Pues este es el hoy de Lázaro tras año y medio en el Huesca y Quique en el Logroñés y en el filial.
¿Qué tienen en común todos los canteranos que se van en circunstancias extrañas? Que valen para esto pero aquí no hay oportunidades para ellos.