Con el espectàculo de la Real Sociedad en Lyon, recordaba el otro día que parte de esta generación jugaba en el Sanse el año que nosotros descendimos (junto a ellos) de 2ªB, en la última temporada que ha pasado el Promesas en 2ªB. De aquel Sanse que jugó en los Anexos a cara de perro, en la plantilla, jugaban: Cadamuro, Griezmann (en ambos casos buen trabajo del ojeador en Francia de la Real Sociedad), Illarramendi, Ruben Pardo y Javi Ros. Cadamuro, Pardo y Griezmann jugaron Champions el pasado martes en Lyon. De Illarramendi, poco hay que decir.
Todos ellos, muy buenos futbolistas, está claro, algunos deslumbrantes, lo cual denota que el trabajo de Zubieta y la cadena de recursos de la Real Sociedad ha funcionado perfectamente, en el caso de Griezmann desde que el ojeador de la Real le ve con 14 años en un torneo en París, tras quedar cortado en el O. Lyon, y llevarle a San Sebastián. Su debut con la Real vino porque Martín Lasarte (la importancia del entrenador) cuando necesitó cubrir su puesto por las bajas en el primer equipo, miró a Zubieta, allí estaba Griezmann a punto de formar parte del Juvenil B de la Real. A partir de ahí, todos conocemos más o menos lo que pasó. El fútbol es muy difícil, más aún en categoría profesional, pero las cosas no suceden al azar, o por suerte, como a veces podemos pensar. El trabajo, la metodología, la coordinación de recursos, el equilibrio de recursos, al final, todo junto da resultado.
De aquel Promesas, no nos valió nadie. Qué cosas. Y bajamos juntos de la mano, el Sanse y nosotros.