Pichichis en blanco y violeta
Miguel y Slavy comandan las tablas de goleadores de sus grupos de Segunda B y División de Honor con diez y once tantos, respectivamente
El problema del gol que está acusando gravemente el Real Valladolid no tiene parangón en sus categorías inferiores. De este modo, en sus equipos inmediatamente correlativos, el Promesas y el División de Honor, cuenta con delanteros que están sobresaliendo en esta faceta. Son los casos de Miguel y Slavy, máximos goleadores de sus respectivos grupos de Segunda B y División de Honor con diez y once tantos, respectivamente.
Miguel de la Fuente se está destapando en este inicio de temporada como el jugador resolutivo que apuntaba desde categorías inferiores. El tudelano ha marcado diez goles en dieciséis partidos, un número que le sirve para mejorar, ya, su mejor registro en la categoría (ocho tantos la pasada campaña). Promedia uno cada 132 minutos, cifra nada desdeñable, y aventaja en un tanto a Dioni, punta de la Cultural y Deportiva Leonesa.
Sus diez goles son prácticamente la mitad de los veintiséis marcados por un equipo con unas prestaciones ofensivas importantes, puesto que el conjunto de Javi Baraja, además de ser el quinto equipo más goleador de los veinte del Grupo II, genera un volumen de fútbol y oportunidades que bien podrían hacer que la cuenta fuera aún mayor. En parte gracias al vallisoletano, que domina lo físico gracias a su corpulencia y, como ha probado en más de una ocasión, no está exento de calidad.
Aunque es diferente a Miguel, el otro pichichi que tiene el Real Valladolid en una categoría nacional, Borislav Ivaylov, ‘Slavy’, se vale también de su complexión para imponerse a los defensores. El delantero oscense de origen búlgaro, llegado este pasado verano procedente del Valencia, ha visto puerta en once ocasiones, que le sirven para ser el máximo goleador momentáneo del Grupo V de la División de Honor, siempre competitivo y competido, y en el que, cabe recordar, militan Real Madrid y Atlético de Madrid, cuyo potencial económico y capacidad de captación –sobra decirlo– es mucho mayor que los del Pucela.
En su caso, además, la media goleadora es incluso mejor: marca gol cada 98’9 minutos; prácticamente uno por partido. En la primera vuelta recién terminada ha disputado 1.087 minutos, cifra tan solo mermada por una microrrotura muscular. Y si Miguel está destacando, a pesar de su juventud (tiene veinte años), él no iba a ser menos: es todavía juvenil de segundo año (no cumplirá la mayoría de edad hasta mayo de 2020), lo que acrecenta la sensación de revelación dentro de la categoría, en la que se está estrenando. El curso pasado, en el segundo equipo juvenil del Valencia, marcó seis goles en diecinueve participaciones, por lo que prácticamente dobla sus guarismos pasados.
http://www.blanquivioletas.com/2019/12/17/pichichis-en-blanco-y-violeta/