AFRONTARÁ EL RALLY DAKAR A LOS MANDOS DE UN SSANGYONG
Isidre Esteve: "Los problemas pequeños ya no son un problema"El 24 de marzo de 2007, Isidre Esteve (La Seu d’Urgell, 15-5-1972) sufrió un gravísimo accidente en el Rally de Almería que le condenó a una silla de ruedas. El próximo 3 de enero, el piloto ilerdense estará en la salida del nuevo Dakar de Argentina y Chile a los mandos de un SsangYong. Su objetivo es terminar la carrera.
El Dakar siempre se asocia a África. ¿Cómo ve esta nueva etapa por Argentina y Chile?Es una pena que el año pasado tuviera que suspenderse. Los grandes damnificados son la gente del lugar, los propios africanos, que esperan este evento como agua que cae del cielo. Pones la tele y si hablan de África lo hacen de problemas, pero cuando está el Dakar se habla de deporte y se abre una ventana diferente al resto del mundo. Pero hay que respetar la decisión de los organizadores de suspenderlo, porque lo importante es garantizar la seguridad de las 3.000 personas que viajan cada día de un sitio a otro, y la única opción que quedaba era Suramérica.
¿Se perderá el espíritu aventurero que siempre ha acompañado al Dakar?Ahora no hay que comparar un rally con otro, porque son diferentes. Quizá se pierda algo del romanticismo que tenía en África, pero habrá otros atractivos y en lo deportivo será una gran carrera, sin duda.
¿Qué sensaciones experimenta un motero de toda la vida al subirse a un coche?Me he pasado a los coches porque no tenía otra opción, pero lo estoy disfrutando muchísimo. Llevo 17 años en este mundo y es mi vida. Cuando me subí al coche, la primera sensación es que todo iba muy despacio. La moto te da frescura y mucha sensación de velocidad, porque en milésimas de segundo ocurre todo. En el coche tienes más tiempo y llevas al lado a una persona que te da los buenos días... Esto es genial.
Un piloto privado contó una vez que se quedó de piedra cuando, tras caerse, Hubert Auriol, que se estaba jugando la victoria, se paró para interesarse por su estado. ¿Se sigue manteniendo este espíritu de solidaridad?Esto es así. La carrera puede ser más o menos complicada, con más ayudas en navegación o con menos, con más o menos seguridad, pero entre los pilotos esto continúa existiendo. Es algo que llevas dentro. Ni siquiera te lo planteas. Hay que parar ante un compañero caído el tiempo que haga falta. Hemos tenido mala suerte en los últimos años, sobre todo en el mundo de las motos, con accidentes que se han llevado vidas. Y hemos estado ahí y no nos ha importado la carrera.
De pronto, tiene al lado a un copiloto que le canta las notas. ¿Cómo ha sido la experiencia?En la moto uno es piloto, mecánico, navegante, toma decisiones solo y se pasa 10 horas sin hablar con nadie. Te subes al coche y desde el primer momento hablas con el copi. En mi caso, Eric (Augé) va a ser el navegante, el mecánico y el que va a sacar el coche de la arena si me quedo. Todas estas sensaciones te hacen ver la carrera de otra manera. Cuando uno se pierde en Mauritania en medio de las dunas, no sabes dónde estás. Poder consultar con alguien qué hacer o tener que hacerlo solo es algo completamente diferente. Estamos en una etapa de aprendizaje que hay que disfrutar. Si algún día queremos estar más arriba, es necesario superar esta etapa previa, porque para competir a máximo nivel tienes que disfrutar. No puede ser todo forzado, todo entrenado, sino que tienes que comentar dentro del coche lo que te pasa. Cada momento que yo vivo lo comparto con el copi, y él igual, y esto es genial.
¿Qué sintió cuando en la Baja Aragón, después de tantos meses de lucha, volvió a ver a sus compañeros?Fue un gran momento. Desde que salí del hospital y empecé la rehabilitación he luchado por normalizar mi situación. Y la gente me ha ayudado mucho. En la Baja, en esa primera experiencia, llegó un momento en que todo era como antes, como si no hubiera pasado nada. La lesión está ahí y requiere atenciones, y hay cosas que no puedo hacer, pero para mí es normal no poder hacerlas.
¿Hasta qué punto le ha ayudado su preparación como deportista para afrontar una recuperación tan dura? Da la sensación de que una persona con una actividad diferente no habría salido adelante con la fuerza con la que usted lo ha hecho.El deporte en sí, y el deporte de élite especialmente, ayuda muchísimo, porque cada vez que has querido algo, has tenido que trabajar muchísimo para conseguirlo. Ha sido lo mismo: volver a luchar por algo. Recuerdo cuando teníamos que entrenar para el Dakar. Entrenábamos todo el año, a nivel físico, preparar la navegación, bajar a África... Requiere un gran esfuerzo. En el tema de la lesión, todo esto me ha ayudado muchísimo.
¿Cómo es un día normal en la vida de Isidre Esteve?Normalmente, me levanto, desayuno una tostada y me voy para el gimnasio. Trabajo cardio en la piscina y hacemos pesas o, si no, nos vamos al Centro de Alto Rendimiento de San Cugat y hacemos el cardio con la bicicleta de manos. Solemos trabajar toda la mañana. Hay un trabajo de entrenamiento para las carreras y otro que hay que realizar periódicamente debido a la lesión para mantener una buena calidad de vida. Lo combinamos de modo que entrenamos cuatro días a la semana y destinamos las mañanas a esto. Por la tarde, a veces voy al circuito de motocross de Bellpuig, que llevo la dirección. Tengo un equipo de trabajo muy bueno y por las tardes voy allí, con ellos, o las dedico a preparar cosas en el coche, yendo a Girona, donde está el equipo Tot Curses, el equipo de carreras, o siempre hay un día de test. Llego al final del día y tengo la sensación de que tengo más trabajo que antes. El fin de semana nos subimos a Oliana, donde está mi casa, y para no perder la forma tengo un pequeño gimnasio y si hay un día que no hemos podido entrenar, lo hacemos allí. Pero siempre son cuatro días como mínimo a la semana de entrenamiento y preparación física.
¿Se ve la vida de otra manera después de una experiencia tan dura como la suya?El Isidre Esteve de ahora es el mismo que el de antes. Empecé a correr a los 18 años porque hubo una especie de rebelión en casa y dije que quería correr en moto. Desde entonces siempre ha sido lo mismo: una lucha por lo que quería hacer.
Pero la paraplejia y los tres meses en situación límite que pasó en el hospital pueden hundir a cualquiera...Sucedieron muchas cosas en la cajita de cristal, como yo la llamaba. Cuando salí del hospital vi unas palmeras y me asombró lo bonitas que eran. Luego, en Oliana, veía el monte y el mar y me parecían una pasada. Cuando uno supera una situación límite establece prioridades y los problemas pequeños ya no son un problema. La gente trabaja, llega tarde a casa y no tiene tiempo. ¿Cómo no vas a tener tiempo? La vida está para vivirla. Me ha ocurrido esto y me he dicho: "Vamos a luchar por lo que me gusta, vamos a vivir, vamos a estar ahí".
Escoja un piloto que le haya impresionado por su talento y otro que le haya llamado la atención por su calidad humana.En el mundo del enduro y los raids, la referencia es Stéphane Peterhansel, un piloto con un talento increíble. Era un grandísimo piloto de enduro, luego lo fue en el Dakar y ahora lo es en coches. Yo creo que es un personaje con talento. Si se dedicara, por ejemplo, al golf, también lo haría bien. Lo hemos admirado siempre, yo y muchísima gente. Con una gran calidad humana, hay un tipo genial, que es Giovanni Sala. Siempre está ahí para echarte una mano. Estuve con él y Peterhansel en la época del enduro. Ganó seis o siete títulos y luego se fue a los raids en la misma época que yo. Ese gran piloto de enduro, que yo tanto admiré, en el equipo Repsol era mi mochilero, la persona que me dio en algunas ocasiones gasolina para llegar al final de la etapa y que me ayudo siempre que lo necesité. Gran piloto y gran persona este Gio.
Alguien dijo que el Dakar es una carrera de niños pijos por el desierto.El rally aporta muchísimas cosas a África. Se ha hablado muy poco de que Fabrizio Meoni, un piloto que desgraciadamente falleció, ha creado escuelas allí. Y la empresa Santiveri, por ejemplo, destina una parte de su presupuesto a construir pozos de agua en Marruecos y Mauritania.
¿Cuáles son sus hobbies al margen del motor?Me gusta estar con la gente que quiero, llegar a la casa que tenemos en Oliana y disfrutar de la montaña con mi hija de cuatro años y con Lidia, que me ayuda en todos los proyectos en los que estamos metidos. Dentro de unos años organizaré un viaje con mi hija en un coche 4x4 por África, para que comparta algunos días con los niños que viven allí y vea cómo es este mundo.
Oliana, ha quedado claro, es su lugar talismán.Hace menos de un año estrenamos casa. Allí están mis padres, el resto de la familia y el negocio de hostelería donde tanto he trabajado. El lugar donde uno nace, donde ha vivido su infancia, siempre te acompaña. Siempre.