Bueno, con esto del 12 de Octubre, sus desfiles militares y sus exaltaciones patrióticas diria, como Paco Ibáñez, que la música militar nunca me pudo levantar,así que no tengo demasiadas ganas de andar festejando que soy español porque lo diga el calendario, aparte de porque es un perogrullo que lo soy, como podría ser de otro lado, soy de aquí y tan contento.
Y sobre la conmemoración de la hispanidad, creo que efectivamente fue fundada sobre el expolio y el exterminio indígena ,no sistemático, sino aprovechando las diversas rivalidades entre los pueblos de allí (además del vacío demográfico provocado por enfermedades europeas para las que los americanos no habían desarrollado defensas), pero no por ello excusable. Pero han pasado 500 años, por una parte no podemos juzgar la historia sin atenernos a su contexto (no les habría pintado mejor con los ingleses, los franceses o los chinos, y yo creo que ni tan siquiera ''dejándolos solos'', porque la inquisición era una broma al lado de muchos de los rituales religiosos o guerreros de algunas tribus, y del férreo control de la población y cierto grado de atraso tecnológico). Por favor, que nadie piense que estoy insinuando que fuimos allí de salvadores y que alguien tenía que dar por el culo a América necesariamente, pero del luctuoso hecho de la conquista ha surgido, a través del devenir histórico, una realidad cultural compartida que merece la pena celebrar como muestra de reconciliación. Yo creo que es una forma de crear lazos como muy de cara a la galería, pero tampoco está de más recordarnos lo que tenemos en común. Por otra parte, el indigenismo, aunque respetable, a menudo comete el error de pensar que los europeos actuales somos los culpables...pues lo serán los banqueros, pero a mí que no me miren...No tiene sentido, es una muestra del relativismo cultural del que acusan al neocolonialismo.
Porr ir acabando el tocho este, decir que el que lo quiera celebrar pues mejor, un día más de alegría, y el que quiera planteárselo como un día reivindicativo (por ejemplo, de conservar la diversidad cultural) también está en su perfecto derecho.