Yo no he visto el partido, así que puedo decir poco o nada. Lo que sí tengo es, no ya sólo por este partido sino también por la línea de los últimos meses, la sensación de que hemos perdido el "factor sorpresa". Primero, por las lesiones de dos futbolistas clave a la hora de mantener la identidad de la primera vuelta, Víctor y Ebert, más la crisis de estado de forma de Óscar. Y segundo, porque los rivales saben como presionarnos la salida de balón y cómo mantener a jugadores como Omar o Guerra prácticamente a raya y arriba hay muy poquito donde elegir.
En el centro no es lo mismo tener a Víctor, que hace lo que le pide Djukic, tocar e irse a buscar otras posiciones y que el balón circule con rapidez, que tener a Sastre, un jugador aceptable técnica y tácticamente, pero mucho menos dinámico. En las bandas el jugador que marca o marcaba diferencias era Ebert; Omar comenzó muy bien, con descaro y desparpajo y los rivales procuran que no reciba cerca del área, sino muy atrás, donde tiene que elaborar y conducir demasiado, Bueno juega cuando le dejan espacios y te encuentras madres como los defensas del Rayo (es decir, uno o a lo sumo dos partidos por temporada) y Guerra ya no juega en uno de los mejores equipos de Segunda, sino en uno de los más limitados de Primera, una categoría y un rol de equipo que exige más presión, más trabajo, más incordio y menos indolencia, con lo que me da que los tres sólo pueden aportar con los rivales cansados gracias al trabajo previo de Manucho o Larsson y quizá cuando están Víctor y Ebert disponibles más Óscar que, en condiciones mínimamente normales, no tiene un solo rival para el puesto y que debe volver ya la próxima jornada.
Mi conclusión es que el trabajo de Djukic ha sido espectacular, multiplicando el rendimiento de una plantilla corta y con una enorme diferencia entre titulares y suplentes y ahora toca jugar con lo que hay, es decir fútbol más directo y probablemente más aburrido, pero que optimiza los pocos recursos del equipo y minimiza los riesgos, como perder balones en las zonas peligrosas, justo donde antes nos movíamos con más soltura.
Tal vez recuperando a los tres lesionados y una versión de Óscar más acorde con lo que vimos en la primera vuelta, el equipo recupere cierta chispa; mientras a aguantar, porque tenemos muy muy poquito que ofrecer con lo que hay disponible.
En el centro no es lo mismo tener a Víctor, que hace lo que le pide Djukic, tocar e irse a buscar otras posiciones y que el balón circule con rapidez, que tener a Sastre, un jugador aceptable técnica y tácticamente, pero mucho menos dinámico. En las bandas el jugador que marca o marcaba diferencias era Ebert; Omar comenzó muy bien, con descaro y desparpajo y los rivales procuran que no reciba cerca del área, sino muy atrás, donde tiene que elaborar y conducir demasiado, Bueno juega cuando le dejan espacios y te encuentras madres como los defensas del Rayo (es decir, uno o a lo sumo dos partidos por temporada) y Guerra ya no juega en uno de los mejores equipos de Segunda, sino en uno de los más limitados de Primera, una categoría y un rol de equipo que exige más presión, más trabajo, más incordio y menos indolencia, con lo que me da que los tres sólo pueden aportar con los rivales cansados gracias al trabajo previo de Manucho o Larsson y quizá cuando están Víctor y Ebert disponibles más Óscar que, en condiciones mínimamente normales, no tiene un solo rival para el puesto y que debe volver ya la próxima jornada.
Mi conclusión es que el trabajo de Djukic ha sido espectacular, multiplicando el rendimiento de una plantilla corta y con una enorme diferencia entre titulares y suplentes y ahora toca jugar con lo que hay, es decir fútbol más directo y probablemente más aburrido, pero que optimiza los pocos recursos del equipo y minimiza los riesgos, como perder balones en las zonas peligrosas, justo donde antes nos movíamos con más soltura.
Tal vez recuperando a los tres lesionados y una versión de Óscar más acorde con lo que vimos en la primera vuelta, el equipo recupere cierta chispa; mientras a aguantar, porque tenemos muy muy poquito que ofrecer con lo que hay disponible.