Adiós al foso - El club lo cubrirá en un obra que costará 1,2 millones de euros
- Comenzará en junio, bajando la altura del césped y ganando cinco filas de asientos
- Pedirá a LaLiga no jugar como local en las cinco primeras jornadas
Las nuevas infraestructuras que el Real Valladolid ha proyectado aún no están en pie, pero el club da los pasos pertinentes para conseguirlo. No con la velocidad que le gustaría pero sí con una voluntad innegable.
Óscar Puente avisó el miércoles de los problemas para las supresión del foso que rodea el terreno de juego. Una obra innovadora en su momento, al evitar las vallas, pero una trampa para los espectadores, en caso de evacuación obligada por el césped.
El alcalde no negó la posibilidad de que se llevase a cabo la obra, aunque fuese imposible licitar ésta y su proyecto antes de verano. Al tiempo, indicó que estudiaría fórmulas con el club para acometerla lo antes posible.
Ambas partes lo han conseguido, pues el foso desaparecerá en verano. La obra comenzará en junio y su coste será de 1,2 ME, según desveló Manuel Centeno, de La 8 rtvcyl. Es la primera fase de las tres actuaciones que tendrán lugar sobre el estadio Zorrilla, cuyo coste global será de 40 ME. La segunda contempla el cierre del fondo sur y la mejora del interior. La tercera será la actuación sobre la cubierta exterior. Centeno también habló de una posible oferta del club al Ayuntamiento para comprar el estadio.
Este diario ha tenido acceso a más detalles del proyecto. Las obras comenzarán al acabar la Liga y se espera finalicen con la próxima recién comenzada. Para curarse en salud y no surjan problemas como con el césped recién plantado esta temporada ante el Barcelona, el Real Valladolid solicitará a LaLiga no jugar en Zorrilla las cinco primeras jornadas de la próxima temporada, como hizo el Atlético cuando estrenó el Wanda.
Esto supone no jugar los dos o tres primeros partidos de Liga como locales. Si el calendario obra a favor y el Pucela comienza jugando fuera, sólo serían dos los encuentros que cambiarían de ubicación, ya sea en Primera o en Segunda División.
La obra permitirá ganar cuatro o cinco filas de espectadores, aumentando el aforo del estadio en varios miles. Al tiempo, obligará a bajar la altura del césped. Esto supone levantarlo, junto a los sistemas de riego y de drenaje, para volverlos a colocar a una altura menor.
¿Cuánta? La medida fijada es de 80 centímetros, rellenando el resto del foso, de unos tres metros de altura. Una obra larga y complicada pero que mejorará mucho una instalación ahora obsoleta.
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