Me planteas, Demorado, que es sensacionalista y tremendista comparar la tortura a un ser humano con la tortura a un animal. Me voy a tener que poner filosófico.
¿Por qué nos oponemos (los que nos oponemos) a la tortura humana? Principalmente, y aparte de otras muchas razones, por empatía. ¿Y qué es la empatía? La capacidad de ponerse en el lugar de otro. Todos los seres humanos sabemos lo que es el dolor, físico y psicológico. Pero solo algunos, qué le vamos a hacer, son capaces de relacionar ese dolor con el dolor de otro, y hacer que eso les resulte intolerable. Hay mucha gente, quizá por limitación cerebral, que no es capaz de relacionar su dolor con el dolor ajeno. Que rechaza su dolor pero inflige, o aprueba que se inflija, dolor a otros, consciente y evitablemente, siempre que le proporcione beneficio o placer de algún tipo. Y tenemos que convivir con ellos. Hay que joderse.
Luego están los que aprueban su propio dolor, e incluso se lo infligen. Que me parece muy bien, ojo. Pero que no nos obliguen a los demás a que tengamos sus mismos gustos.
Bien. ¿Por qué relacionamos, los que lo relacionamos, nuestro dolor con el de otro ser humano? Porque, instintivamente, lo sentimos, a ese ser, parecido a nosotros. E intuimos que sufre igual.
Y ahora la cuestión clave. ¿Con qué otros seres, aparte de los humanos, podemos sentir empatía? ¿Podemos sentir empatía con una ameba? ¿Con una medusa? ¿Con un roble? ¿Con un gusano? En general, creo que no. Hombre, tú puedes tener una planta en casa y tenerla mucho cariño. Igual que puedes tenerle cariño a Peter Parker alias Spiderman y sufrir con sus desgracias, pero Spiderman no existe y la planta, no es que no exista, ojo, que es un ser vivo, pero instintivamente sabes que no sufre ni disfruta, no tiene querencias ni desavenencias, solo absorbe energía, la desprende y sobrevive.
¿Pero... podemos tener empatía con un perro, con un gato, con un chimpancé, con un toro, con una vaca, con un caballo? Yo creo que, en general, sí. Instintivamente, sabemos que sufre, que disfruta, que reconoce a sus crías, que las cuida, que puede estar tranquilo, que puede estar furioso... en resumen, que tiene un cerebro lo suficientemente desarrollado como para tener lo que entendemos por EMOCIONES.
Por tanto, soy capaz de sentir empatía con el toro, y oponerme a su tortura. De nada me sirven las objeciones de los que no sienten empatía ni siquiera por el resto de los seres humanos... quizá solo por sus más allegados... o ni siquiera eso, quizá solo por sí mismos... o ni siquiera eso, quizá por nada ni nadie... esas opiniones sí que me la pelan.
Además es que, instintivamente... no es nada refexionado, en serio... creo que quiero alejar lo más posible el peligro de mí... me da la impresión que los que disfrutan con la tauromaquia, quizá, por qué no... estén también acostumbrados a maltratar a su perro... y quizá, también, por qué no, se hayan divertido alguna vez mofándose y maltratando a alguna persona con retraso mental... y quizá, por qué no, se comporten cruelmente con algún anciano, con algún niño... con su mujer o con su marido... con un negro... con su empleado... con cualquiera que consideren que es inferior a él o a ella o está ahí para aguantarle a él o a ella... y, bueno, cualquier día me quieren joder a mí.
Vamos, resumiendo, que, instintivamente, me da la impresión que los que practican o disfrutan con la tauromaquia son un poco hijoputillas, dicho, incluso, con cierto cariño y colegueo, para que veais, buen tono y voluntad de consenso que no falten.