El Mundial de MotoGP vuelve a cobrar vida
Cuando casi todo parecía decidido, el Mundial de MotoGP volvió a cobrar vida en Indianápolis. Sólo podía pasar si Lorenzo ganaba y Rossi cometía un error, y sucedió. El italiano se fue al suelo antes de la mitad de carrera, justo después de ser adelantado por Lorenzo, y tuvo que abandonar porque su moto quedó dañada. Lo que parecía altamente improbable sucedió. Los 50 puntos se quedan en 25 y todo sigue siendo posible. Anteriormente también se había caído Pedrosa, que echó por tierra su buen trabajo del viernes y el sábado.
La carrera se decidió en la primera mitad, porque las últimas 18 vueltas fueron un paseo para Lorenzo. Pedrosa y Rossi salieron mejor que el mallorquín, que se vio relegada a la tercera plaza. El piloto de Honda trató de tirar fuerte en las primeras vueltas, consciente de que no le convenía una lucha cuerpo a cuerpo. Rossi entendió bien sus intenciones y trató de seguir el ritmo. A la cuarta vuelta, al tomar una curva, el catalán se fue al suelo, dejando la carrera en un nuevo mano a mano entre los pilotos de Yamaha.
Todo apuntaba a una bonita lucha entre los dos primeros pilotos del Mundial. Rossi hizo algo habitual en él. Rebajó el ritmo, invitando a que Lorenzo le adelantara. El español no se amilanó y lo hizo, buscando dominar desde la primera plaza y si era posible, marcharse. En la siguiente vuelta sucedió lo impensable, Rossi se fue al suelo y el Mundial se puso patas arriba. El italiano se levantó, cogió su moto y volvió a incorporarse a la carrera, pero la moto había resultado dañada. Rossi fue adelantado hasta por Pedrosa y viendo que iba a ser imposible puntuar, abandonó.
Fue en ese momento cuando el Mundial cobró de verdad otra dimensión. Lorenzo ya sabía que Rossi no iba a puntuar y que se iba a colocar a 25 puntos, es decir, a una carrera de ventaja. No a una carrera y pico, sino 'sólo' a una carrera. El mallorquín se limitó a concentrarse y no cometer errores. Nadie le presionaba, porque De Angelis y Hayden, los más cercanos, rodaban a diez segundos. Por detrás, Pedrosa comenzó una digna remontada que le llevó hasta el décimo puesto.
Hasta el final no sucedió nada imprevisto, pues ya había sucedido bastante en las primeras vueltas. Lorenzo rodó plácidamente en solitario hasta la meta y consiguió la tercera victoria de la temporada. Lo celebró a lo grande, a sabiendas de que no era una victoria cualquiera, sino una que le mete de lleno en la lucha por el mundial y que obligará a Rossi a mantenerse alerta. El italiano aún puede jugar con la calculadora, pero el margen se ha estrechado. Quedan 125 puntos en juego, cinco Grandes Premios que se antojan apasionantes.
Cuando casi todo parecía decidido, el Mundial de MotoGP volvió a cobrar vida en Indianápolis. Sólo podía pasar si Lorenzo ganaba y Rossi cometía un error, y sucedió. El italiano se fue al suelo antes de la mitad de carrera, justo después de ser adelantado por Lorenzo, y tuvo que abandonar porque su moto quedó dañada. Lo que parecía altamente improbable sucedió. Los 50 puntos se quedan en 25 y todo sigue siendo posible. Anteriormente también se había caído Pedrosa, que echó por tierra su buen trabajo del viernes y el sábado.
La carrera se decidió en la primera mitad, porque las últimas 18 vueltas fueron un paseo para Lorenzo. Pedrosa y Rossi salieron mejor que el mallorquín, que se vio relegada a la tercera plaza. El piloto de Honda trató de tirar fuerte en las primeras vueltas, consciente de que no le convenía una lucha cuerpo a cuerpo. Rossi entendió bien sus intenciones y trató de seguir el ritmo. A la cuarta vuelta, al tomar una curva, el catalán se fue al suelo, dejando la carrera en un nuevo mano a mano entre los pilotos de Yamaha.
Todo apuntaba a una bonita lucha entre los dos primeros pilotos del Mundial. Rossi hizo algo habitual en él. Rebajó el ritmo, invitando a que Lorenzo le adelantara. El español no se amilanó y lo hizo, buscando dominar desde la primera plaza y si era posible, marcharse. En la siguiente vuelta sucedió lo impensable, Rossi se fue al suelo y el Mundial se puso patas arriba. El italiano se levantó, cogió su moto y volvió a incorporarse a la carrera, pero la moto había resultado dañada. Rossi fue adelantado hasta por Pedrosa y viendo que iba a ser imposible puntuar, abandonó.
Fue en ese momento cuando el Mundial cobró de verdad otra dimensión. Lorenzo ya sabía que Rossi no iba a puntuar y que se iba a colocar a 25 puntos, es decir, a una carrera de ventaja. No a una carrera y pico, sino 'sólo' a una carrera. El mallorquín se limitó a concentrarse y no cometer errores. Nadie le presionaba, porque De Angelis y Hayden, los más cercanos, rodaban a diez segundos. Por detrás, Pedrosa comenzó una digna remontada que le llevó hasta el décimo puesto.
Hasta el final no sucedió nada imprevisto, pues ya había sucedido bastante en las primeras vueltas. Lorenzo rodó plácidamente en solitario hasta la meta y consiguió la tercera victoria de la temporada. Lo celebró a lo grande, a sabiendas de que no era una victoria cualquiera, sino una que le mete de lleno en la lucha por el mundial y que obligará a Rossi a mantenerse alerta. El italiano aún puede jugar con la calculadora, pero el margen se ha estrechado. Quedan 125 puntos en juego, cinco Grandes Premios que se antojan apasionantes.