medellín escribió:
Los objetivos, la ambición del club, determinar si los medios son adecuados para lograr el objetivo... El Real Valladolid cuando eligió a Mendilíbar tras la catástrofe de Marcos Alonso y Alfredo Merino, más que consolidar al equipo como un puntal de 2ªA, continuaba con el objetivo de ascender a primera. Con Mendilíbar se consiguió, con creces y con brillantez. El siguiente objetivo del club: la permanencia. Y a partir de ahí, en las dos últimas temporadas se ha logrado el objetivo, a mi entender con cierta brillantez hasta marzo de 2009. Alguien pisa un cable, se moja, y cortocircuito general. El equipo deja de funcionar y Mendilíbar que parecía el entrenador hecho a medida empieza a mostrar debilidades y se ve arrastrado por la situación hasta el partido del Villamarín, donde los veteranos, Asenjo y un desquiciado Betis, le echan una mano y le ponen en el lugar de los humanos. Mientras descansa en Zaldíbar, por Valladolid se prepara la revolución: 14 altas con futbolistas exóticos para nuestra realidad del último lustro (fichajes de despojos y algún acierto como Aduriz, Llorente o Pedro León) y esto, entra por el ojo del aficionado del Pucela sediento de tener el derecho a disfrutar de algo grande como en su día han podido llegar Osasuna, Getafe, Betis, Celta, Mallorca... etc... Y con estas llega la 2009/10, con record de socios, y con el elenco de fichajes que nos daba por fin caché en la Guía Marca (hostias, el Pucela con un tipo del Manchester y otro del Inter!!). Sin embargo un Mendilíbar ya cuestionado por el cortocircuito de 2009, con 14 caras nuevas en el vestuario, con decisiones tan impopulares como intentar retirar a Víctor del fútbol, y con una plantilla que es un caramelo envenenado por su mezcla de nombres de pasado ilustre y un desequilibrio delirante entre lineas, se muestra como un equipo por hacer, que no juega a nada, y que genera más bostezos y úlceras que alegría al batallón del record. Y hasta aquí hemos llegado ¿Cuál es el objetivo? Volver a permanecer, desde luego, pero somos muchos, y las pajas mentales, los cuentos de la lechera, y las ilusiones, son parte intrínseca del fútbol. Y cada uno se pajea, se hace las cuentas y se ilusiona con lo que quiere. Faltaría más. Y hay quien piensa, que para lograr los objetivos, Mendilíbar es ahora mismo una barrera. Desde luego, flaquea, pero para mí la clave es: ¿Quién sino?
Ese es el gran problema , que la gente se piensa que somos mejores de lo que realmente somos.Y eso no es problema ni de Mendilibar ni del entrenador que venga.Es problema de un puñado de aficionados ilusos , sin demasiada experiencia en "real valladolid" o con mucha experiencia en "real valladolid" pero con nada de memoria.