Y tiene mucha razón en algunas cosas, sí.
Tres amistosos de nivel contra equipos portugueses más el trofeo de Luarca contra el Sporting y la pachanga contra el filial es poco. Ya que estamos en Mondariz como el año pasado pienso que deberíamos haber aprovechado para jugar partidos contra el Mondariz o el Coruxo como el año pasado, que aunque sean equipos de categorías inferiores pues sirven para ganar ritmo y que también los chicos del filial jueguen más.
Los fichajes... es lo que hay, la verdad. No hay un duro, y somos los que más difícil lo tenemos para fichar, aunque pienso que Marcos y Suárez debieron haberse movido en ello rápido desde el final de temporada o incluso desde antes, buscando jugadores en segunda asequibles que hubieran terminado contrato, no solamente Sastre.
En cuanto a la cantera... qué le vamos a hacer. Sí, ahora gracias al Barcelona y a todos los éxitos de la selección es la moda apostar por el producto nacional y los canteranos. Esto hay que hacerlo desde siempre, no cuando no tengamos un duro. Cargar de responsabilidad a la gente de la cantera no es bueno porque todos son muy jóvenes y aún no están preparados para ello. Diría que mentalmente solo Mongil y Navas saben cómo de grande es el salto. Del resto tengo mis dudas.
Y esto con un canterano del Barcelona. Hay que lograr un equilibrio entre jugadores veteranos y jugadores jóvenes, y con veinte fichas y siendo nuestros jugadores más veteranos Baraja, Rubio y Jaime, ya sin Nafti que por lo menos este año nos hubiera venido bastante bien... pues no sé. Tengo confianza en Mongil, Lolo, Pesca y Navas, pero eso sólo me dan cuatro jugadores, y no veo a ninguno de titular asiduo. Tal vez Mongil, pero no nos aclaramos si le queremos de lateral derecho, de central o cedido. Lolo veo que puede ser su año, pero veo también que puede creérselo demasiado y perder la cabeza.
Y bueno, sobre los abonados y el estadio lleno, sí, sería un sueño. Pero no es viable. La implicación social de la ciudad con el club sólo es cuando hay entradas a cinco euros y hay un partido vital. El resto, nada.