Mediocridad es la sensación que me está transmitiendo todo este tema, la segunda entrega de Entrenador, Odisea 2010. Vaya añito 2010 en el banquillo del Pucela, y da la sensación de que cuando se ha acabado la apuesta larga y segura de Mendilíbar, no ha habido mucha más idea de donde rascar. No ha habido más proyecto que chupar rueda del éxito de Mendi, y a partir de ahí: Onésimo (sin palabras), giro radical con Clemente, otro giro radical con Gómez, respecto a Clemente, en el bochornoso casting de pretemporada, y ahora, ¿por dónde vamos? Después de intentar recuperar a Mendilíbar y a Clemente, nos podemos hacer una idea de lo claras que están las cosas por la Avenida del Mundial 82.
Creo que ha habido un error de planificación con el tema de Gorosito, que acababa de decir NO al Almería, una plaza golosa, en primera, un reto interesante para cualquier entrenador. Y Gorosito no llegó a Almería por no terminar de cuajar una negociación larga y compleja, porque el Sr. Gorosito tiene un nombre en Argentina, y un cartel en España después de la imágen que dejó en el Xerez el año pasado. Se ha perdido un tiempo precioso en negociar con Gorosito y cada día que pasa, la imágen es más mediocre.
De todo lo que ha salido, sigo firme en la opción de Tapia, vale que a muchos os recuerda más a un comercial de funeraria, pero me inspira confianza: viene del fútbol modesto, se ha hecho un hueco en el fútbol de élite a base de resultados, conoce la segunda división, y su línea de trabajo, según he leído estos días se orienta más al trabajo colectivo, a la motivación grupal. Creo que es lo más serio y yo personalmente, en el punto en el que estamos, no quiero un entrenador populista, ni un cachondo mental, ni adulador en los micrófonos o que se recree en circunloquios balompédicos para excusar las propias cagadas. Antonio Tapia me vale. un currante, de base, y ojo, que no pierde ojo a los frutos de la cantera. Un tipo que ponga una nota seria en este ambiente de mediocridad.